Las cuatro estaciones | Ana Blandiana

Ana Blandiana es considerada una autora de culto en toda Europa, su obra refleja –según se ha escrito– un profundo conocimiento del espíritu rumano durante un histórico período de opresión, y establece como directrices de su proyecto literario la derrota y la esperanza.  Conocida por su poesía anticomunista, Blandiana se ha distinguido por una rebeldía sublime que la llevó durante años a vivir como una exiliada dentro de su propio país.  El 23 de mayo pasado, fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024. 

Aunque Blandiana es conocida por su poesía y considerada como  la poeta rumana más internacional,  el que estamos a punto de leer es un libro de relatos.  Para ser exactos, cuatro.

Nicolae Ceaușescu les arrebató a los rumanos no solo la libertad y la literatura, también les arrebató la realidad, la suspendió por decreto y sin fecha para su restauración. Frente a esa suspensión de la realidad se levantan estos cuentos que acuden a la fantasía para explicar ese desquiciado teatro cotidiano”.  «Antes de ser un nombre conocido, Ana Blandiana fue un nombre prohibido» según Viorica Patea, su traductora oficial.


Aparecido en 1977, después de ser rechazado por la censura debido a sus «tendencias antisociales», Las cuatro estaciones fue el primer libro de relatos de la prestigiosa autora rumana Ana Blandiana y se inscribe en la nutrida tradición fantástica de la literatura de su país, a la vez que dialoga con otras tradiciones, desde Poe hasta Kafka.

Blandiana se sirve de lo fantástico para denunciar, de manera encubierta, la dimensión grotesca de la existencia en un estado totalitario; es decir, estos cuatro relatos pertenecen tanto a la literatura fantástica como a la de testimonio: la narrativa de nuestra autora del mes combina el tono confesional de un diario realista con las incursiones de una imaginación visionaria.

Si la parábola de «La capilla con mariposas» denuncia los efectos de una fascinación utópica que falsifica los valores espirituales, «Queridos espantapájaros» es una inocente súplica que incita a la insurrección de la conciencia, dirigida a todos aquellos que están al servicio de las fuerzas dictatoriales. A su vez, «La ciudad derretida» refleja la visión apocalíptica de un mundo ardiente y «Recuerdos de infancia», por último, dibuja la crónica sutil de una época en la que la quema de libros emprendida por el padre de la narradora evoca la represión comunista durante los años cincuenta.


ANA BLANDIANA (1942)


Otilia Valeria Coman, Ana Blandiana, es una poeta, narradora, ensayista y figura política rumana que nació en Timișoara, Rumanía, el 25 de marzo de 1942. Actualmente es una de las figuras literarias más conocidas de ese país del Este de Europa.  Su padre fue comandante durante la Segunda Guerra Mundial, al terminar la guerra fue sacerdote en la catedral ortodoxa de Oradea y profesor de instituto; fue acusado de conspirar contra el estado y condenado a varios años de cárcel, liberado tras seis de prisión, murió poco tiempo después. Su madre nació en una aldea de Transylvania llamada Blandiana, de donde Otilia Valeria tomaría su nombre literario.

Crítica del aparato político y de censura comunista de Nicolae Ceaușescu, trabajó para las revistas Viata Studenteasca y Amfiteatru donde -ya como Ana Blandiana- publicó algunos poemas que se han convertido en iconos de la lucha contra la dictadura comunista, después trabajó como bibliotecaria en el Instituto de Bellas Artes de Bucarest.  

La publicación de ese poema bajo el seudónimo de Ana Blandiana le agenció no solo su primera censura, sino también que el gobierno enviara a todas las publicaciones del país una circular que indicaba que ‘bajo el seudónimo Ana Blandiana se esconde la hija de un enemigo del pueblo’.  Además de la censura,  se le prohibió estudiar en la universidad. 

Esa primera prohibición para publicar que cayó sobre Ana Blandiana duró aproximadamente 4 años. 

 "Debuté de nuevo, publiqué libro tras libro y empecé a ser traducida en el extranjero. Aquella época fue un breve respiro de libertad en el que florecieron todas las artes. Mi generación, la generación de los años sesenta, eclosionó en literatura,  artes plásticas, música, teatro y cine. El realismo socialista simplemente desapareció y los nombres que se afirmaron en aquella época representan incluso hoy en día los nombres más importantes de la cultura rumana contemporánea.”                                           Ana Blandiana

Entre los años 1965 y 1972, los primeros años de la era Ceauşescu, se abrieron las cárceles, se dio una especie de cuasi liberalización que duró algo menos de un decenio.   

“Luego volvió a oscurecer. En 1985 me prohibieron de nuevo publicar por cuatro poemas considerados subversivos, pero las protestas de escritores y académicos en Italia y en Alemania obligaron a Ceauşescu a abrir la mano, hasta que en 1988 sufrí otra interdicción, esta vez definitiva, por un poema en el que caricaturizaba a Ceauşescu bajo la forma de mi gato, Arpagic, que gracias a esta ocasión se hizo famoso. Fue una prohibición no sólo para el presente y el futuro, sino también para el pasado, ya que retiraron mis libros de las librerías y de las bibliotecas.”            Ana Blandiana  

En diciembre de 1989 cayó el régimen y se acabó la persecución de los escritores. Sin embargo, cuatro años antes, a finales de 1985, Ana Blandiana había caído en desgracia debido a cuatro poemas suyos que fueron publicados por la revista Amfiteatru como una diatriba contra el régimen.

Uno de esos poemas se titula Totul, 'Todo', y consiste en una lista o inventario de las cosas, las frases y los fenómenos que conformaban el imaginario rumano del día a día. Dicho poema se considera un tesoro debido al valor no sólo literario sino testimonial que sigue teniendo, aún cuando es de difícil comprensión para generaciones lejanas a aquella que le tocó vivirlas, ya que se refieren a la atmósfera de miseria y desesperación que se respiraba en aquellos años de escasez extrema, cuando el gobierno se había propuesto garantizar la independencia económica de Rumanía cancelando, a toda velocidad y costase lo que costase, la deuda del país con el Fondo Monetario Internacional.

Por muchísimos años ese poema se conoció solamente en el idioma que fue escrito, hoy, afortunadamente podemos tener su traducción al español.  La que podemos leer a continuación es una traducción de Mariana Sipos, una muy reconocida Escritora, periodista, traductora, diplomática, licenciada en Filología (en Rumano y español) por Universidad de Bucarest, que nació en la misma década que Ana Blandiana.  Esta traducción contiene una serie de llamadas de nota, cuyas citas pueden leerse seguidamente del poema en español. Cabe señalar que la ilustración que encabeza esta entrada, es una imagen alegórica de dicho poema realizada por Daniel Rosell, un periodista uruguayo que es co-director del semanario digital El Eco.