Llegamos al noveno mes del año y a una de las viñetas más esperadas en el programa de lecturas de nuestro club: la de literatura salvadoreña. A lo largo de quince años hemos disfrutado leyendo y comentando las letras de consagrados como Salarrué, Roque Dalton, Rafael Menjivar Ochoa o Francisco Andrés Escobar. Pero la experiencia de leer la obra de contemporáneos como Horacio Castellanos Moya, Jorge Galán, Miguel Huezo Mixco, Mauricio Orellana Suárez, Yolanda Consuegra Martínez, Giovanni Durán o Claudia Hernández, evidencia que la salvadoreña no tiene porque ser vista como la sociedad de los escritores muertos.
Este nuevo septiembre tendremos la oportunidad de leer por primera vez a Berne Ayalá, un autor nacional que, libro a libro, está construyendo un mosaico indivisible de la guerra civil salvadoreña, usando ficciones como vehículo narrativo para hablarnos de hechos históricos.
Gracias a la gestión de JR, uno de los integrantes de nuestro club, tuvimos el privilegio de conocer a Berne en agosto de 2021 en una agradable tertulia que se prolongó por varias horas. Fue ahí cuando llegó a nuestras manos, como pan recién salido del horno, un ejemplar de Los prisioneros y la hija del presidente, la más reciente publicación del autor. El secuestro de Inés Guadalupe Duarte Durán, hija del presidente de El Salvador a mediados de los años ochenta, es el hecho histórico que da pie a un interesante relato de ficción que involucra a un guionista de telenovelas y a un capitán del servicio de inteligencia. Maravilla y Garlopa habrán de cruzar sus pasos durante ese hito sobresaliente de uno de los tramos más oscuros del conflicto armado salvadoreño.
Están cordialmente invitados a acompañarnos en la lectura de Los prisioneros y la hija del presidente de Berne Ayalá. Pueden obtener su ejemplar en línea en https://www.libreriauca.com/products/los-prisioneros-y-la-hija-del-presidente o visitar la Librería UCA para adquirirlo personalmente.
En vista de que tenemos en nuestro club algunos integrantes que nacieron después de los acontecimientos históricos contenidos en este libro y también hay amigos de otras nacionalidades a quienes estos hechos les resultan completamente ajenos, comparto a continuación alguna información que espero les ayude a entrar en contexto.
El marco histórico
El calendario marcaba el año 1985. Las preocupaciones de la versión adolescente de quien escribe estas líneas pasaban por tratar de descifrar al sexo opuesto, resolver el Álgebra de Baldor, ganar el domingo en el fútbol y evitar ser reclutado por el ejército. Los líos de la nación y del mundo excedían por mucho la paradójicamente compleja simplicidad de la pubescencia. En aquel momento álgido de la Guerra Fría, el arsenal nuclear de las dos superpotencias alcanzaba para matar hasta doce veces a cada habitante del planeta. Ronald Reagan iniciaba su segundo mandato en los Estados Unidos y Mikhail Gorbachov asumía la presidencia de la Unión Soviética. En Uruguay se ponía fin a doce años de dictadura y en Chile se firmaba el Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia. El futbolista francés Michel Platini ganaba el Balón de Oro y treinta y nueve aficionados perdían la vida en la tragedia del Estadio de Heysel, Bruselas, durante la final de la Copa de la UEFA entre Juventus y Liverpool. Volver al futuro, Cocoon, Comando y El color púrpura se proyectaban con mucho éxito en las salas de cine. Michael Jackson encabezaba el proyecto USA for Africa, un colectivo de cuarenta y cinco músicos estadounidenses convocados para grabar el sencillo We are the world, con el objetivo de ayudar a combatir la hambruna y las enfermedades en el continente africano. En agudo contraste, la ayuda que El Salvador recibía de los Estados Unidos por aquellos días era bastante distinta: Trescientos treinta y nueve millones de dólares en asistencia militar al ejército gubernamental, enzarzado en una cruenta guerra contra la guerrilla insurgente del FMLN desde 1979. Como bien dijo alguna vez Rubén Blades, "en América Latina la Guerra Fría estuvo bien caliente".
A la mitad de un oscuro túnel
Según datos del Informe de la Comisión de la verdad para El Salvador, en 1985 ya se rondaba los cincuenta mil muertos a causa del conflicto armado. Apenas un año antes había comenzado el diálogo entre ambas partes para buscar un acuerdo y firmar la paz, pero tras dos rondas de sesiones en La Palma y Ayagualo, la iniciativa se estancó y los combates se recrudecieron. El ejército realizó un gran despliegue contrainsurgente a nivel nacional, dando como resultado la captura de nueve comandantes guerrilleros, entre ellos Nidia Díaz, dirigente de unidades rebeldes en San Vicente y San Miguel, además de delegada del FMLN en las primeras rondas de diálogo con representantes gubernamentales. Por su parte, la guerrilla había abatido a balazos al ex director de la Guardia Nacional y unos meses después acribilló a trece personas que departían en un bar de la Zona Rosa de San Salvador, entre ellos cuatro marines norteamericanos. Luego, en su afán por lograr un mayor poder de negociación para recuperar a sus comandantes capturados, la guerrilla también había secuestrado a trece alcaldes municipales. Pero el golpe mayor aún estaba por llegar: el 10 de septiembre de aquel año oscuro y atribulado, Inés Guadalupe Duarte, hija mayor del presidente José Napoleón Duarte, sería secuestrada por el comando guerrillero "Pedro Pablo Castillo".
¿Quién fue José Napoleón Duarte?
En 1980, luego de un golpe de estado que removió al General Carlos Humberto Romero y dio paso al establecimiento de una Junta Revolucionaria de Gobierno, José Napoleón Duarte volvió al país y se sumó a la junta hasta eventualmente llegar a presidirla. Más tarde participó en las elecciones de 1984, ganando por fin la presidencia de El Salvador. Lo paradójico del caso es que ahora que era presidente y, por consiguiente, comandante en jefe de las fuerzas armadas, había quedado enfrentado con muchos de sus otrora votantes.
El secuestro de su hija fue un duro golpe para el estadista y para el hombre. Además del debilitamiento de su posición y de las severas presiones que diversos sectores ejercían sobre sus decisiones políticas, también debió soportar la angustia de ver a su familia afectada de manera directa, alcanzada por la misma vorágine de sufrimiento que ya padecían millares de familias salvadoreñas que lloraban a sus muertos a causa del conflicto o que vivían en la dolorosa incertidumbre de esperar el retorno de sus desaparecidos.
Visto en perspectiva, su gobierno estuvo marcado por la violencia de la guerra, la escasez y el encarecimiento de los productos de la canasta básica, la corrupción galopante de varios de sus funcionarios y los terribles desastres naturales. Pero a pesar de todo, la historia recuerda a Napoleón Duarte como el presidente que instauró el diálogo y sentó las bases para la paz que llegaría años más tarde. En la atribulada historia política de El Salvador, Duarte también sería el primer mandatario civil elegido democráticamente que, al finalizar su mandato, lograría entregar el poder a otro ciudadano igualmente victorioso en las urnas.
La importancia de la literatura en la construcción y preservación de la memoria histórica
En tiempos de propagandistas disfrazados de revisionistas que reescriben la historia de manera distorsionada, cuando muchos optan por olvidar el pasado por doloroso y otros tantos pretenden negar la historia por inconveniente; la biografía, el testimonial y la ficción histórica pueden ser prodigios literarios que nos permiten recrear el pasado, nos ayudan a entender nuestro presente y nos orientan de cara al futuro. Tanto en el plano individual como en el colectivo, la memoria es un ingrediente fundamental para reforzar nuestra identidad, crear lazos con nuestros orígenes y entrenar nuestra conciencia de nación. Los pueblos que prefieren enterrar el pasado y olvidarlo, se niegan a las bondades balsámicas del reconocimiento de los errores, de la aceptación de las responsabilidades, de la obtención del perdón y de la verdadera reconciliación. Los ciudadanos sin memoria están condenados a vivir en sociedades enfrentadas y polarizadas que repiten una y otra vez los mismos errores del pasado.
Ficha del libro
Metas de lectura
El autor
Berne Ayalá nació en Ilopango, El Salvador, en 1966. Durante la guerra civil militó en el Partido Comunista de El Salvador (PCS) y las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL). Realizó estudios de filosofía y economía política en la ciudad de La Habana, Cuba. Escritor, investigador y abogado. Ha publicado novela, cuento, reportaje, crónica, ensayo y poesía.
Fuentes
- https://es.wikipedia.org/wiki/1985
- La ayuda económica y militar de los Estados Unidos, el pilar de contrainsurgencia en El Salvador (Admin-journal-manager-el-salvador-coyuntura-economica-n24-5.pdf)
- De la locura a la esperanza : la guerra de 12 años en El Salvador: informe de la Comisión de la Verdad para El Salvador (UNSTSGONUSAL.pdf)
- https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Cronolog%C3%ADa_de_la_guerra_civil_de_El_Salvador
- https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Napole%C3%B3n_Duarte
- https://es.wikipedia.org/wiki/Arturo_Armando_Molina
Los prisioneros y la hija del presidente | Berne Ayalá